martes, 31 de mayo de 2011

Ixcarbacepina



Estaba sentada en la escalera de aquel edificio de oficinas, tenia la mirada fija en sus playeros, e ignoraba con completa indiferencia a todo el que pasaba. Pero entones un mendigo le hablo, tan solo quería pedirle unas monedas, y ella no pudo evitar romper su coraza para mirarlo y al levantar la vista, un millón de lagrimas reflejaron los rayos del sol. Aquel vagabundo ignoro la tristeza de la chica, en respuesta a una peticion no expresada y ella se disculpo por no tener nada suelto. 

No sabía como había llegado alli, ni porque se encontraba tan triste como lo hacia, quería llorar, necesitaba que alguien la abrazase y al tiempo huir, ser invisible para el resto, que nadie viese que lloraba, pues no tenía explicacion alguna que darles para el motivo. Y aun así se sentia tan triste, tan infinitamente triste, odiaba aquella pena que se apoderaba de ella y que no sabia de donde venia, ni porque. Últimamente, se habían vuelto bastante común todos aquellos sentimientos constantes de tristeza, ansiedad, culpa, ira, soledad, desesperanza, problemas de sueño, apetito, fatiga....Apenas comia, y ya ni siquiera se sentia atraida por su novio. Últimamente vivia tan ensimismada, que se habia creado su propio universo paralelo, y era como si para ella el tiempo pasase mas despacio, vivia en un estado completo de apatia y somnolencia. Cualquier intrascendencia servia para que se desconcentrara y la mitad de veces,como hoy, ni sabia como habia llegado alli donde se encontraba.

Pero a la vez, y de golpe, al dia siguiente se levantaba con una exaltada alegria, dispuesta a comerse el mundo, y empezaba por devorar la nevera. Aquellos días las juergas eran eternas, y en ningún momento se paraba a pensar en las consecuencias que tendrían después, encontraba excitante el alcohol, las drogas. Aquellos días se creía por encima de todo, inmune a cualquier cosa. 

Otros días se levantaba con una carácter inaguantable, su ego estaba tan crecido que la obligaba a humillar a cuantos se encontrase. Se enfadaba con cualquiera que le llevase la contraria, y ni siquiera consideraba necesario dormir. Se volvía hostil, agresiva, hiperactiva. Tener una conversación con ella era una tarea realmente complicada pues saltaba de una idea a otra con verdadera velocidad.

Necesitaba ayuda rapido, estaba claro.


-Ixcarbacepina, empezaremos probando esto, y no se preocupe, le prometo que dentro de nada se encontrara mejor. En la actualidad, hay muchas personas con su mismo problema, que gracias a los fármacos consiguen llevar una vida normal.

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