domingo, 13 de mayo de 2018

Conversaciones

-¡Hola! ¡Has vuelto!
-Si lo he hecho.
-Pero has cambiado.
-Si, eso también es cierto. Pero veo que tu también. No me mires así ya te he he explicado que tu no eres un ser atemporal. Eres un personaje de mi imaginación pero no eres inmune al tiempo o a las circunstancias, ni las mías ni por supuesto las suyas que no dejan de ser las tuyas.
Te intentaré explicar. Ambos hemos crecido, por un lado yo he crecido y al ser tu tan solo un personaje de mi mente eso te obliga a crecer conmigo. No podrías no hacerlo. No podria seguir imaginandote como lo hacia antes. Pues ya no pienso igual.
Al tiempo has crecido con el. Porque para mí no eres sólo un producto de mi imaginación, por desgracia debo reconocer que no soy tan buena escritora, no como para haber inventado alguien como tú. Tu eres el. Y el ha cambiado. Ha sufrido, le han dañado. Incluso yo le he dañado. Y a la vez ha sido feliz, a explorado el mundo, ha abierto las alas y volado al fin.  Por todo ello puedo afirmar sin duda alguna que has crecido. Has crecido mientras nos veáis crecer.
-Me gusta cuando hablas de él, o de mi.
-Aunque mayor, no consigo imaginarte menos narcisista y curiosamente eso es algo que solo tienes tu. No lo has heredado de él. No se como, en esta relacion unamuniana nuestra, te he dado tu propio carácter y tu propia identidad. Haciéndote al final no solo un reflejo suyo  sino un personaje con sus propios sueños y sufrimientos. Y lo curioso es que no se si eso hace que te vea más como un personaje o que me recuerdes más lo vivo que está el.
-A veces no soy capaz de seguirte.
-Ves, otra cosa graciosa. Tu eres yo, eres yo desde el momento en que yo te he dado vida. Tu eres otra cara de mi moneda con la que me gusta discutir y a veces ni siquiera tu puedes entenderme.. Y si tu que eres yo no puedes seguir el ritmo de mis pensamientos, ¿no te hace eso mucho más el?
No se olvidalo, solo pensaba hablar un rato sola y al final he acabado hablando contigo o con el, no estoy segura.

Donde habita la magia.

Dicen que hubo un momento en el mundo donde habitaba la magia.  Aunque ya no lo haga. Dicen que ya no hay, que se perdio. 

Eso dicen, y eso pensaba yo. Hasta que un dia cualquiera te levantas y repites el proceso de todos los dias como si fuera un mantra: cara, pelo, te, dientes, toque de perfume. Y entonces ocurre, quizas siempre estuvo ahi y tan solo no la podias ver, o quizás surge en ese instante y por fin la ves. Encuentras la magia. No esta bajo un arcoiris, no hay brujas hadas, ni viene de mano de un unicornio, si acaso de un elfo. 

A veces ver la magia es tan dificil que ni el portador la ve. Tan convencido de ser anodino, que no sabe que su simple caminar por el mundo lo hace brillar con otra luz.  Quizas por eso cuesta ver la magia, porque se ha escondido humildemente en personas que la portan sin pregonarla, protegiendola tras los mismos muros del castillo que han construido para protegerles a ellos de los dragones exentos de magia que viven en el mundo por el que paseamos los demas.

Y sin saber como, esa persona se fija en la luz que tu emites y le gusta, sin darse cuenta de que a veces las libelulas no emiten luz propia solo reflejan la de la luna.
Ahi es cuando ves el arcoiris cuando abres los ojos realmente y caes en la cuenta de que el mundo tenia mas matices, y no solo el mundo, tu tienes muchos mas, tu que también te has creido anodino, tu que habias dejado que tu magia y tu luz se apagasen la enciendes al ver la de otro. Y las cosas  empiezan a perder su sentido inicial. El rojo es mas rojo y los kilometros son centimentros. Los meses se convierten en horas y las horas en años. De golpe el cielo quiere ser mar. El norte se ha perdido y dice que le gusta el sur. Asique tienes que rezar porque el sur quiera ser norte.

Y la magia vuelve al mundo un instante, aunque los demas no puedan verlo. Aunque solo tu puedas sentirlo. 

Entonces lo comprendes, la magia nunca se ha ido solo habia que encontrar su escondite, pero no puedes contarlo, no puedes decirle a nadie donde estaba porque ella es humilde y necesita tiempo. Y mantienes la farsa, dices que la magia no existe que quizas hubo un dia en el que lo hizo pero que ya no, que se ha extinguido. Pero lo dices con una sonrisa, con la sonrisa del que guarda un secreto.