miércoles, 25 de mayo de 2011

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Si, definitivamente la pared del fondo del salón era lugar perfecto para aquella foto, tenia la iluminación necesaria, y nada alrededor que desentonase con ella. Sin duda allí era donde debía estar.
Le encantaba aquella foto y cuanto más la miraba más lo hacia.
La gente solía decir que el cableado eléctrico estropeaba las fotos. Y era totalmente cierto, pero en este caso el autor había conseguido convertir los cables en una parte esencial de la imagen, dandole una perspectiva múltiple recordando así el más puro arte cubista. Además el autor al igual que aquellos pintores la había creado sin pretender hacer cubismo.
Al tiempo aquella imagen se alejaba en su maxima expresion de tal movimiento, gracias a su profundidad. No era una vuelta al barroco pues la simplicidad de las formas jamás hubiese encajado en este movimiento.
Ni tampoco al expresionismo pues no habia sentimiento alguno en la foto, y todo el colorido estaba sacado de la gama fría, por lo que si alguien osara tacharla de expresionista provocaria que autores como el Greco o Francisco Goya se revolviesen en su tumba, corroidos por sentimientos mucho más oscuros que la miseria y la amargura que representaban en sus cuadros.
Digamos que aquella foto era una transición entre un cubismo y un postimpresionismo. Ya que pese a ser un paisaje aquella foto parecía haber sido diseñada por la escuadra y el cartabon del mejor de los delineantes. El paralelismo en sus formas era digno de admiración.
Pero lo que le gustaba, era que fuera de todas aquellas fusiones entre movimientos y aquel conjunto de palabreria cara, aquella foto le transmitia paz, tranquilidad, sosiego... Conocía de sobra al artista como para poder afirmar que la tranquilidad de la foto era la misma que le transmitia él, siempre tan bohemio, tan tranquilo, tan cuadriculado, tan como aquella foto.
Tambien conocia de sobra aquel lugar, a fin de cuentas cuantos ratos habían pasado ellos dos alli juntos. Con solo mirar la foto podia sentir la brisa fresca dandole en su cara, podia recordar aquellas nubes rapidas, y a el tirado en el suelo esperando captar la luz idonea, que para ella era siempre, pues aquel lugar era la perfeccion absoluta hecha paisaje. Y ahora sería eternamente suya, podría disfrutar eternamente de aquel lugar, ya que no lo podía haber hecho de él.

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