viernes, 1 de abril de 2016

¿Como?

Una vez dije que los principios eran difíciles.  Y que cuando uno se cae solo queda apoyar una mano en el suelo e impulsar te para arriba otra vez. ¿Pero que ocurre cuando te has llenado de heridas la mano? Cuando no hay un lugar donde añadir una cicatriz. Cuando empiezas a creer que el sitio en el que debes estar es el suelo. Cuando sentarse y llorar es más fácil que levantarse y esperar el siguiente golpe. ¿Que se hace ahí? 
Supongo que la respuesta depende del lugar donde te encuentres cuando te haga esta pregunta. Si tu eres de los que están en el suelo me dirás que me quede aquí contigo que charlemos un rato y dejemos que el siguiente embiste no nos vea.  Si por el contrario tu estas de pie en ese momento creerás que levantarse no cuesta e incluso querras tender me tu mano. Habrá hasta unos pocos, incluso los más cercanos que estarán en aquel momento tan lejos de su última caída que ni siquiera verán la tuya.

Yo que ya he estado muchas veces rn los dos lados, podría responder que llores, protestes, que te rompas en los trozos que haga falta pero que los recojas y te levantes.  Pero no voy a negar a nadie que en ocasiones me he quedado sentada más rato del permitido y que a veces uno necesita lamerse las heridas.

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