sábado, 9 de julio de 2011

6am

Cruzo el bar y me acerco a ti,me sonries.
La música esta alta y apenas puedo oír lo que me dices, pero tengo de sobra con lo que hablan tus ojos. Alguien se mete en medio interrumpiendo nuestra conversación, me río, te ries. Tus ojos brillan con esa luz característica de quien es feliz.
Te agachas para hablarme al oído, no se que vas a decirme pero tampoco me importa, mi corazón late al ritmo de la música. Se me eriza la piel con tus susurros.
Salimos del bar, es lo que me has pedido al oído, un lugar mas íntimo.
Yo camino delante y tu detrás, fuera ya del bar, en paralelo. Apenas podría decirse que vamos juntos, pero seria una locura insinuar que estamos juntos. Tampoco lo estamos, por eso caminamos así.
Llegamos a un sitio solitario, te doy la mano, me abrazas, y sin esperar más me besas. Ya has esperado suficiente supongo. Tiro de ti, aun no es lo suficientemente privado. Tus ojos, tus ojos me devoran con una ternura insuperable.
Aquí si, me acerco a ti y te beso. Y nada nos para ya.


Son casi las seis de la mañana y sigo despierta, tumbada en esta cama desconocida junto a ti. Me pesan los párpados, pero no, esto no puede convertirse tan solo en un recuerdo más. Te quiero.

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