miércoles, 2 de mayo de 2012

pares o nones

Observo el rosal, tenia cinco maravillosas rosas rojas. Cinco nada mas y nada menos que cinco. Cinco era un numero impar, no le gustaban los números impares; y eso que ella siempre había sido un numero impar. Ella era un uno. Al principio había surgido como parte de un dos "papá y mama"; pero claro al aparecer ella ya eran tres, tres también es impar.
Fue creciendo poco a poco pero en clase siempre fueron diecisiete, salvo una en que fueron quince y otra en que fueron veintiuno, pero ambos tres son impares. Incluso el numero de variaciones era impar, tres. Luego vino la facultad pero allí eran demasiados y nunca estaban todos así que resultaba imposible saber si eran pares o nones.
Es cierto que durante esa época conoció a alguien y fueron dos ¡Y dos no era impar! Pero que poco había durado la paridad, antes de que pudiera darse cuenta ya eran tres. Y de ser impares ella preferida ser un numero pequeño, así que volvió a ser un uno.
Lo malo de los impares es que resultan tan incómodos. Tres no caben en la acera o debajo de un paraguas; cuatro tampoco pero pueden colocarse de dos en dos. Ser un uno era tan aburrido.
Y allí estaba aquel cruel rosal recordandole que ella no había nacido par; pero que tampoco sabia vivir siendo impar. Y en ese instante mientras miraba las cinco rosas se dio cuenta de la solucion, solo habia una (curiosamente el numero de solucion a su imparidad tambien era impar) ella debia ser un cero, ni par ni impar, simplemente no existir.

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